Orbaneja del Castillo

El pueblo escondido

Bello pueblo encaramado en la margen izquierda de una espectacular hoz horadada por el río Ebro, coronada por rocosas crestas caprichosamente recortadas, formando almenas que semejan a un gigantesco castillo, que adjetivan la toponimia del lugar.











Orbaneja del Castillo es uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Burgos. Sus casas están colgadas en una serie de terrazas de toba. Sus calles se combinan facilitando la vista del espectacular paraje natural.










  





Un elemento típico de las casas son las solanas, construidas en el piso más alto, entre los muros laterales, con antepechos y soporte de madera que forman una galería corrida orientada hacia el este y también hacia el sur.








Las fachadas de los caseríos se adornan con aperos y herramientas de antiguos oficios que facilitaron las actividades agrícolas y ganaderas. Las calles del pueblo conforman así un museo etnográfico cuyos detalles agudizan nuestras miradas.







Un trillo es un instrumento que utilizaban los agricultores para romper la mies tendida en la era y separar el grano de la paja. Generalmente consistían en tablones de madera al que se incrustaban cuchillas de acero en una de sus caras. La característica que le hace singular a este trillo que vimos junto a uno de los restaurantes es que, en vez de las cuchillas de acero, tiene encajados pedazos de pedernal.








Elementos románicos en una sencilla edificación.






Detalles de dos puertas.


La localidad dispone de varias tiendas y ofrece diferentes servicios a los turistas. 


Comimos muy bien en uno de sus restaurantes, en su interior nos asignaron una mesa con una fantástica vista. Guardamos un buen recuerdo.



Después de comer anduvimos por una de las calles traseras para bajar la digestión. Unos quejidos nos llamaron la atención; al doblar la esquina de una pequeña plaza vimos a una pareja de ancianos tomando el sol. Ella se llamaba Tomasa y él, cuyo nombre no recuerdo, era quien se quejaba. Se quejaba de algún dolor, y también de su edad; pasaba de los noventa. Ella le contradecía porque tampoco le pasaba tantos años, y le repetía que no era para tanto.
Procuré no hacer ruido y pasar desapercibido. Cuando les hice esta foto, ella, sin abrir los ojos, me dijo preguntándome el por qué echaba una foto a un par de viejos como ellos, que ¡vaya manera de desperdiciar una foto!. 
Les saludé y les desee un buen día. 
Fue un saludo que educadamente me agradecieron.



El trazado del pueblo lo divide una cascada que nace en la base de la Cueva del Agua, y lo hace en dos partes: la Puebla y la Villa, condicionando así la vida de sus habitantes. 
La caverna se abre en el borde kárstico de Orbaneja, donde tienen su salida natural las aguas subterráneas que provienen del acuífero situado en el subsuelo del Páramo de Bricia. El recorrido de sus aguas cristalinas, saltando de terraza en terraza, es un espectáculo para los sentidos.







En tiempos pasados este caudal se utilizó para mover las  piedras de cinco molinos con los molían las mieses para hacer harina. De aquellas piedras aún se conserva ésta que se exhibe hundida en el suelo de esta casa. 











  


Ya saliendo del pueblo me llamaron la atención las oquedades formadas sobre los bordes de roca caliza, en las que se pueden observar columnas de estalagmitas y estalactitas unidas, y que antiguamente se formaron en el interior de lo que pudieron ser cuevas erosionadas por el caudal del agua a niveles superiores.









El Pozo Azul

Veníamos de pasar la mañana en Poza de la Sal y atravesar el Páramo de Masa. Al llegar a Covanera camino de Orbaneja, decidimos entrar a ver el Pozo Azul siguiendo la recomendación de mi compañero Roberto Salvador.
Nos encontramos ante la cavidad subacuática mas larga de España y el mayor sifón de Europa, que vierte sus gélidas aguas con 11º al río Rudrón. Su fama se debe a los récords batidos en la espeleología subacuática. Se llevan unos 9 kilómetros explorados, y aún no se conoce su inicio. Hasta la fecha, se han topografiado tres tramos: el primero de 700 metros de longitud y 21 metros de profundidad, que continúa con una galería aérea de 300 m (La Burbuja); un segundo sifón con 3.530 m de largo y 71 m de profundidad, que sigue con otros 90 m de galería aérea (Tipperary) y un tercer tramo de unos 5 kilómetros. En la actualidad se está explorando un nuevo tramo.


Un pájaro andarríos nos estuvo observando entre las flores que flotaban sobre el río.

En el camino de acceso al Pozo Azul se observa esta curiosa formación geológica.


Una árbol seco entre el follaje con el tronco inclinado hacia la derecha por el caprichoso crecimiento de sus ramas en esa dirección.

El río Rudrón se deja oír antes de llegar al pozo.


Nada más llegar, tuvimos la suerte de presenciar la inmersión de dos buzos en el pozo.












Este simpático perro quiso emular a los buzos.

Enlaces recomendados: G. E. Edelweiss y Espeleobloc.


Hoces del Alto Ebro y Rudrón


De camino hacia Orbaneja del Castillo, y tras descansar en el Pozo Azul, nos introdujimos en el Parque natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón. 

En el norte de Burgos los afluentes buscan el río Ebro dibujando meandros entre cañones y gargantas de singular belleza.
Presenciamos un paisaje de especial belleza donde estrechos valles se encajan entre escarpados desfiladeros, contrastando con extensos páramos situados a mayor altitud.

Las hoces del río Rudrón, afluente del Ebro, son uno de los espacios más importantes del entorno kárstico. 












Agurrak

  


De Orbaneja nos dirigimos más al norte, hacia Puentedey. La tarde avanzaba rápida y el cielo se oscureció. Comenzó a llover.


Juantxo, 30 de junio de 2012.

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